miércoles, 22 de febrero de 2017

Barbie más allá de la muñeca




La Fundación el Canal abrió hace unos días sus puertas con una exposición sobre la muñeca Barbie “Más allá de la muñeca”.
Estará hasta el 2 de mayo. Entrada gratuita. De 11 a 20 hs. laborables y festivos y miércoles de 11 a 15hs.

Salas y corredores engalanados de rosa, casi reivindicando un espacio único para féminas, aunque también hace su presencia (exigua, hay que decir) Ken. 440 muestras de estas muñecas que, desde 1959 y junto con la competidora Nancy (más actual esta última, del 68), hicieron las delicias de niñas y mujercitas, y –a lo largo de los años- de coleccionistas y diseñadores de moda. Porque este objeto de deseo también se ha abierto camino como icono de moda (¿serán sus larguísimas piernas delgadas las que subyugaron a modistos famosos?..... nada que ver, por cierto, con las más rechonchitas y bonachonas de la amable Nancy de Famosa).
Parece que el animus exponendi de la muestra es superar las fronteras de la Barbie como referencia de género, esto es, una muñeca para niñas que solo ha sido eso, un símbolo para este sexo. (“Barbie revolucionó los patrones de juegos de las niñas y durante casi sesenta años les ha inspirado valores igualdad de género, de autosuperación, de integración racial y cultural, de respeto por la diversidad, familiares, de apreciación de la cultura…. y todo ello sin dejar de lado su condición de muñeca juguete, de referente de la moda y de baluarte de la feminidad”).
Sin estar del todo de acuerdo con tan exacerbada exaltación de las bondades aspiracionales de una muñeca que es, ante todo, eso: una muñeca, inspirada y propuesta para ellas, no es menos cierto que la icónica figurita (risueña, esbelta, pizpireta) ha logrado un hito épico casi, ¡que hasta Warhol la pintara! Y que los mejores modistos del planeta se animaran (¿o sucumbieran a sus encantos?) a ponerla de tiros largos con modelos de collection privée. Hay que reconocerle el mérito, sin duda.
Esta exposición, para ir con niños (unos y otras, si se animan, porque es muy agradable y divertida) muestra claramente una narración histórica (que no historicista) de los cambios de la moda a través de estas piezas (de las primeras de los años 50 hasta la actualidad). Anuncian en el recinto que esta exposición muestra los cambios sociales aunque, me temo, que no es para tanto.

Descubrimos también las casas de la “ferolítica” familia rica compuesta por el abnegado Ken y los hijos de la pareja, incluyendo los chalets más modernos y el piso años cincuenta con paredes de cartón y a todo color. O bien los barcos, coches, vestidores de ensueño, y una sección multicultural de Barbies en el mundo, donde nos deleitan con un desfile de tornasolados atuendos de nacionalidades de los cinco continentes (por un momento también recordé las entrañables colecciones de “Barriguitas” de todos los tipos… ¡qué tiempos los de la niñez!). Por no hablar de las Barbies azafatas, o las de las Fuerzas Armadas. En contadas ocasiones se hacen acompañar de su Ken aviador o piloto, también con la indumentaria propia de la vitrina. No os desvelo el placer de la última sala abovedada ¡toda una sorpresa!.
Merece la pena para una mañana de domingo, con aperitivo incluido en la ruta.